EL SEXO EN LA HISTORIA
El sexo en la Iglesia: las Papisas
Desde los primeros siglos del cristianismo se impuso la moral paulista, por la cual la actividad sexual solo estaba permitida dentro del matrimonio, conformado por varón y mujer y solo para fines procreativos. La unión matrimonial es indisoluble y monogámica. Ningún método anticonceptivo es admitido.
La Iglesia Católica considera que el sexo es aceptable siempre y cuando se dé dentro del matrimonio y exclusivamente con fines reproductivos. Rechaza el sexo con fines exclusivamente placenteros y lujuriosos. El sexo dentro de los límites del matrimonio que tiene por objetivo la reproducción es noble y honorable, un signo de comunidad espiritual entre los esposos y no un vínculo físico o biológico.
Ilustración de Milo Manara
En la larga lista de Papas nos encontramos a fetichistas, proxenetas, pederastas, masoquistas y sádicos
La doctrina eclesiástica era simple: toda relación carnal fuera del matrimonio era pecado y por tanto condenable. Así, en los libros penitenciales se fijaron las directrices en materia sexual.
Prohibieron las relaciones sexuales "anormales" en el matrimonio, tales como mantenerlas durante el periodo menstrual de la mujer, utilizar métodos anticonceptivos, el sexo oral, la utilización de posturas antinaturales en el coito, la penetración anal o la masturbación mutua.
La obsesión por controlar el sexo llegó hasta tal extremo que la Iglesia reglamentó que los esposos no podían practicarlo en fechas como Navidad, Cuaresma, Pentecostés, fiestas dedicadas a la Virgen, los sábados y los domingos. Mientras, las epidemias de peste, las guerras y la hambruna llevaron a la sociedad medieval a ver en el sexo una manera de olvidarse de sus problemas.
Fuera del matrimonio, cualquier manifestación sexual estaba prohibida, con especial condena al incesto, la masturbación, el bestialismo, la homosexualidad, el uso de afrodisíacos y el adulterio.
La práctica de cualquiera de estas "perversiones" era castigada con penas de cárcel, que iban desde tres años para las lesbianas, hasta quince para el bestialismo.
La Iglesia, a través de la confesión, dispuso de una notable información sobre las prácticas sexuales de los hombres y mujeres de la Edad Media, y así pudo imponer una campaña de represión, que triunfó ya en el siglo XVI, con la intervención de la mismísima Inquisición.
Como veremos, el Vaticano estuvo continuamente dirigido por hombres, que muchas veces no olvidaron su pasión sexual masculina. Hay muchos Papas que fueron homosexuales, hijos de sacerdotes que llegaron a Papas e incluso hijos de Papas que también llegaron a la máxima institución de la iglesia. Nos encontramos en la larga lista de Papas a fetichistas, proxenetas, pederastas, masoquistas y sádicos.
La iglesia siempre ha culpado a las mujeres de sus males, para así no tener que hacer la menor autocritica de sus planteamientos. Vemos cómo a lo largo de su historia, la corrupción y la moralidad han estado presentes. Las orgías y fiestas con prostitutas han sido elemento frecuente dentro del Vaticano. Esta es la parte que siempre han intentado ocultar.
La Papisa Juana. (Fotograma de la película 'La pontífice')
Veremos cuatro momentos de la historia de la Iglesia:
1º La Papisa Juana.
2º La pornocracia.
3º Los Borgia.
4º Olimpia Maidalchini.
La Papisa Juana ¿Realidad o leyenda?
Juana nace en el año 822, en Ingelheim am Rhein cerca de Maguncia (Alemania). Era hija del monje Gerbert, que forma parte de los misioneros cristianos mandados desde los territorios de anglos para cristianizar a los sajones y llevarles el Evangelio.
Juana vivió inmersa en un mundo de profunda religiosidad y en un medio en que el conocimiento cultural era práctica habitual, cosa que no se daba en esa época oscura. Juana que era muy inteligente, sabía que como mujer tenía pocas posibilidades de desarrollarse intelectualmente, por lo que decidió hacerse pasar por hombre.
Para poder seguir estudiando, Juana cambió su nombre por Johannes Anglicus (Juan el Inglés) y así pudo trabajar como copista en la abadía de Fulda, que le permitió profundizar en el conocimiento de la medicina.
Esto hace que Juana pueda viajar de monasterio en monasterio (que en aquella época eran los únicos lugares donde se daba la cultura), lo que permitió conocer a los grandes personajes de la época. (En la imagen: Parto de la Papisa Juana en plena procesión)
Se sabe que viajó a Constantinopla. Estuvo también en Atenas, donde profundizó en el conocimiento de los grandes filósofos griegos y conoció al rabino Isaac Israelí, del que aprendió grandes conceptos de medicina y a sanar determinadas enfermedades.
Ya de regreso a su tierra alemana, fue llamado a la Corte del rey Carlos el Calvo, donde era escuchado debido a su profunda erudición.
En el año 848, Juana se traslada a Roma, donde es elegida para dar clases, pronto alcanzará gran fama, siendo bien recibida en los medios del Vaticano. En su estancia romana, Juana aprovecha para profundizar en los estudios del trívium y quadrivium.
Debido a su erudición y a la fama que como profesor alcanza, es presentada al Papa León IV, que se vio gratamente sorprendido por su erudición. La introduce en el mundo vaticano, dedicándola a desarrollar la política de la Iglesia en los asuntos internacionales, además de ser su médico particular.
En junio del año 855 muere el Papa León IV, siendo elegido la Papisa Juana con el nombre de Juan VII.
Durante el pontificado de León IV, Roma está sumergida en una profunda crisis social y política. Las elecciones Papales dependían de las votaciones de los fieles romanos, pero sobre todo de las corruptelas protagonizadas por las grandes familias patricias romanas procedían a elegir nuevo Papa.(En la imagen: Silla testicular Papal)
Era normal que los Papados tuvieran muy poca duración en la silla de Pedro. Siendo habitual asistir a la destitución de Papas para nombrar a otro de una familia rival. Muchas veces, los romanos hartos de estas corruptelas de las grandes familias romanas procedían a elegir un nuevo Papa.
El nombramiento de Juan el Inglés se debió a la gran debilidad de los patricios romanos y se procedió al nombramiento de la Papisa Juana, debido a la fama que había adquirido de santidad y erudición. Los inicios de su Pontificado estuvieron llenos de placidez y de calma, rompiendo la alteración de los anteriores Pontificados.
A pesar de hacerse pasar por hombre, tuvo una vida sexual activa. Se dice que ingresó en la abadía de Fulda siguiendo a un amante estudiante, que había ingresado en ella. En su estancia en Roma, mantuvo relaciones con el embajador de Sajonia en el Vaticano, Lamberto. Como consecuencia de esta relación quedó embarazada.
A los trece meses de su Pontificado fue consciente de que estaba embarazada. Los largos hábitos y las vestimentas alargadas, unido a lo inimaginable que resultaba pensar en un Papa embarazado, permitió que nadie se diera cuenta del tal hecho. Esto demuestra que Juana no era lo virtuosa que se decía. Juana aceptó de mala gana dicho embarazo, pues le iba a dificultar y complicar su labor como Papa. Aquí cabe hacerse algunas preguntas:
La Papisa Juana.
¿Por qué no abortó dado que tenía amplios conocimientos de medicina?
Ella tenía asumido totalmente su rol masculino, de ahí la dificultad en la asunción de su embarazo y en que no hiciera nada. Su idea era ir a dar a luz en secreto y después ocultar a la criatura, por lo que esta situación era salvable.
El problema surge cuando se le adelanta en dos meses la fecha que ella tenía prevista para dar a luz. Los hechos suceden cuando estaba presidiendo una larga procesión por las calles de Roma, la cual tenía una gran exigencia física. Dicha procesión iba desde la iglesia de San Pedro a la basílica Lateranense, en un lugar entre el Coliseo y la iglesia de San Clemente. En medio de una calle estrecha se puso de parto. Por eso se dice en Roma que nunca más ha pasado una procesión por este lugar.
Debido al gran esfuerzo empezaron los dolores, que al principio aguantó estoicamente pero pensando que no habría problemas siguió en la procesión. Estos dolores fueron a más y rompió aguas en medio de la misma. De esta forma, los obispos, el clero y el pueblo romano asistieron alucinados al parto en plena procesión del Papa.
Horrorizados, escandalizados y furiosos, los devotos participantes en la procesión rodearon al Papa y lo apedrearon hasta producir su muerte.
La suplantación de Juana obligó a la Iglesia a proceder a una verificación ritual de la virilidad de los Papas electos. Un eclesiástico estaba encargado de examinar manualmente los atributos sexuales del nuevo Pontífice a través de una silla perforada.
Acabada la inspección, si todo era conforme a la ley, debía exclamar “Duos habet et bene pendentes”, que traducido dice “tiene dos, y cuelgan bien”.
En los siglos XIV y XV, esta Papisa era ya considerada como un personaje histórico, y nadie dudaba de su existencia. Ocupaba un lugar entre los bustos de la Catedral de Siena. Bajo el Pontificado de Clemente VIII y debido a su solicitud, fue transformado en el Papa Zacarías. El teólogo protestante Jan Hus hace mención de la Papisa Juana y nadie cuestionó históricamente su existencia. Este teólogo veía a la Papisa Juana como la encarnación de la prostituta de Babilonia descrita en el Apocalipsis de San Juan:
También me dijo: “Las aguas que has visto, donde se sienta la ramera, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas.
Y los diez cuernos que viste, y la bestia, aborrecerán a la ramera, la dejarán desolada y desnuda, devorarán sus carnes y la quemarán con fuego.
Dios ha puesto en sus corazones el ejecutar lo que él quiso: ponerse de acuerdo y dar su reino a la bestia hasta que hayan cumplido las palabras de Dios.
Y la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra”.
MAROZIA DE SPOLETO “LA PAPISA”
Nace en el año 892, era hija de Teodora y del senador romano Teofilato I, tuvo otra hermana llamada Teodora la Joven. Sin embargo, hay serias dudas sobre la paternidad, pues Teodora era amante del Papa Juan X. Tuvo una educación muy esmerada. Destacaba por su inteligencia y belleza, que cautivaba a los hombres. Vivía en un ambiente palaciego muy ligada a la vida eclesial romana. Siempre estuvo bajo la tutela de su madre, Teodora.
Marozia (en la imagen) pertenecía a la poderosa familia de los Teofilato, Su padre era personaje principal del Senado romano y uno de los más altos funcionarios de la curia, que desempeñaba el cargo de vestararrius. Tenía entre otras prerrogativas, la superintendencia sobre el gobierno de Rávena, por lo que en la ciudad no había autoridad comparable a la suya. Estaba al frente de las milicias y tenía el título de dux et magister militum, Poseía el castillo de Sant Angelo y tenía tan gran poder, que incluso hacia sombra al propia Papa.
Marozia fue amante del Papa Sergio III, madre de Juan XI, abuela política de Juan XII, hermanastra de Teodora la Joven, que era a su vez hijastra de Juan X. Su poder fue semejante a su capacidad de corrupción, intriga e inmoralidad y ni tan siquiera en tiempo de los Borgia, el Papado alcanzó tanto escándalo.
Marozia se casó a los diecisiete años (909) con Alberico I el Mayor, marques de Camerino y duque de Spoleto. Este matrimonio se realizó estando Marozia embarazada de su relación con el Papa Sergio III, del que era amante. El Papa conoció a Marozia cuando ella tenía quince años y el cuarenta y cinco. A los diecisiete años la dejó embarazada.
A pesar de esto, Alberico I, lo legitimó haciéndolo hijo suyo. Éste hijo acabó siendo Papa, con el título de Juan XI. Este matrimonio tuvo otro hijo, en el año 912, llamado Alberico II y como veremos posteriormente, provocó la caída de Marozia del poder papal en el año 935.
Castillo de Sant Angelo.
El Papa Sergio III dirigió la Iglesia entre el año 904 y 911. Baroni y otros escritores eclesiásticos describían a este Papa como un monstruo. Un historiador decía de Sergio III “por espacio de siete años este hombre ocupó la silla de San Pedro, mientras que su concubina (Marozia) imitando a Samíramis madre, reinaba en la corte con tanta pompa y lujuria, que traía a la mente los peores días del viejo Imperio romano”.
Vulgarius, sacerdote formosiano, calificó a Marozia como “la matrona santa y amadísima de Dios” y habla con místico acento de sus nupcias espirituales con el celeste esposo.
Refiriéndose a Teodora de Constanza madre de Marozia decía “esta mujer, junto con su hija, la prostituta del Papa, llenaron la silla papal con sus hijos bastardos, convirtiendo su palacio en un laberinto de ladrones”. Este periodo, que comienza con el Papa Sergio III en el año 904 y que dura hasta el año 935, es conocido como el reinado papal de los fornicarios.
Durante el pontificado de Sergio III se fundó la abadía de Cluny gracias a la donación de una villa, que realizó el duque Guillermo I de Aquitania con la condición de que la misma dependiera directamente del Papa y no de un noble o un obispo.
En el año 924, Alberico I y Marozia intentaron hacerse con el poder de Roma. Ello significa que debe enfrentarse al Papa Juan X (en la imagen), que los derrota, siendo Alberico I asesinado. Marozia nunca perdonó al Papa Juan X que le obligara a contemplar el cadáver apuñalado sin piedad y brutalmente deformado de su marido.
El Papa Juan X era Juan de Rávena, que fue amante de su madre, Teodora de Constanza y posiblemente su padre. Teodora hizo Papa a Juan X (914-928). Este había sido enviado a Rávena como Obispo. Teodora para satisfacer sus deseos carnales, le hizo regresar a Roma y le nombró Papa. Fue un Papado importante y logró la expulsión de los musulmanes de la península Itálica. Sin embargo, al tener como amante a Teodora le valió las críticas y el recelo de importantes familias de la Toscana y de Roma. En el año 928, Marozia lo asesinó.
Ante la derrota sufrida a manos del Papa Juan X en el año 926, Marozia se encuentra en el momento de máxima debilidad política. Por ello, decide casarse con el marqués Guido de Toscana, de cuya unión nacería Berta de Lucca, que acabaría casándose con el emperador de Bizancio, Estéfano.
Cuando su madre Teodora murió en 928, utilizó toda su influencia contra Juan X a quien tanto había ayudado a su difunta madre difunta en su carrera eclesial.
Quedando vacante el trono de Italia por la muerte de Berenguer I, la elección del sucesor al trono provoca un nuevo choque entre el Papa Juan X, que apoyaba al trono a Hugo de Borgoña, mientras que Marozia apoya al hermanastro de su marido Guido, Hugo de Arlés.
El enfrentamiento armado entre los dos pretendientes, se decanta a favor de Hugo de Arlés, cuando Guido de Toscaza al frente de un ejército toma Roma, depone al Papa y lo encarcela. Juan fue encerrado en una mazmorra, donde apareció estrangulado por orden de Marozia.
La elección de los Papas se hacía por designación directa y no de manera colegiada, de ahí el papel que jugaba Marozia, que casi consigue que el papado se convirtiera en una monarquía hereditaria.
Marozia dueña completa de Roma, apoya el nombramiento de León VI (928-929) como Papa. Su papado fue muy breve, pues murió asesinado por venganza, al enterarse que tenía relaciones sexuales con otras mujeres. Posteriormente, nombró Papa a Esteban VII (929-931) y ninguno de estos dos hizo nada reseñable, pues ambos estaban en manos de ella, que era la que decidía todo.
Se nombra nuevo Papa a Juan XI (931-935), que era hijo de Marozia y todavía era un adolescente. Desde su infancia estaba destinado a la carrera eclesiástica, a pesar de llevar una vida licenciosa y escandalosa con total falta de espiritualidad. Fue elegido Papa en el año 931, pasando a ser, al igual que sus predecesores un títere en manos de su poderosa madre.
Durante el Pontificado de Juan XI, se concedió a la abadía de Cluny el privilegio de incluir bajo su jurisdicción todas las abadías, que fueran reformadas bajo sus reglas, lo que supuso que el abad Hugo, alcanzara un poder y una influencia superior a la del propio Juan XI.
El segundo marido de Marozia, Guido de Toscana muere en el año 929 y decide casarse con el hermanastro de éste, Hugo de Arlés, al que había encumbrado como rey de Italia. Éste estaba casado, por lo que debía anularse dicho matrimonio, cuestión sencilla porque al frente del Papado estaba su hijo Juan XI.
El tercer matrimonio se celebra en el año 932 y provoca la sublevación de su segundo hijo Alberico el Joven, el cual los derrota, provocando la expulsión de Roma de Hugo de Arlés, mientras que encarcela a su madre y a su hermanastro Juan XI, en el castillo de San Angelo en Roma. Juan XI muere en la cárcel en el año 935. Le sustituye el Papa León VII que era seguidor de San Benito.
Los Papas disfrutaron bajo el mandato de Alberico II de una libertad absoluta para ejercer sus funciones papales y sacerdotales. Alberico II fallece en el año 954 y es entonces cuando Marozia, que continuaba presa, sale de la cárcel y es trasladada a un convento, donde muere un año después (955), a la edad de 63 años. Marozia desaparecerá de la historia como si nunca hubiera existido.
El periodo de dominio de Marozia conocida también como la Papisa fue entre los años 907y 932 y se le conoce con el nombre de la pornocracia, donde Teodora y Marozia dominaron el Papado.
Fue una de las mujeres más influyentes de su época y el poder que ella tuvo muy pocas mujeres lo han tenido. Hizo lo que realmente le apetecía en cada momento en Roma, poniendo y deponiendo Papas a su antojo, asesinando a cada uno de ellos cuando no le eran útiles. Todos, sin excepción eran títeres suyos, como así sucedió también cuando su padre vivía.
Los periodos en paréntesis se refieren a los años de sus respectivos papados
-San Pedro, estuvo casado.
-San Hormisdas (514-523) que estuvo casado y enviudó antes de ser ordenado sacerdote. Fue padre del Papa Silverio.
-Adriano III (867-872) estuvo casado antes de ser sacerdote y tuvo una hija.
Periodo de la pornocracia:
-León V (903-904) tuvo continuas relaciones con mujeres.
-Sergio III (904-911) fue el padre del Papa Juan XII y amante de Marozia de Spoleto..
-Anastasio III (911-913) relación continua con mujeres.
-Landon (913-914) su Papado duro solamente seis meses y tuvo relaciones con amantes.
-Juan X (914-928) tuvo una relación continuada con Teodora y era el padre de Marozia de Spoleto,
-León VI (928-929) su Papado duro sólo siete meses, relaciones continuas con amantes.
-Esteban VII (929-931) relaciones continuas con amantes.
-Juan XI (931-935) era el hijo de Marozia
-León VII (935-939)
-Juan XII (955-964) fue depuesto por el Cónclave. Se dice que convirtió la Archibasílica de San Juan de Letrán en un burdel y fue acusado de adulterio, fornicación e incesto.
-Clemente IV (1265-1268) estuvo casado antes de ser sacerdote y tuvo dos hijas.
-Juan XXIII el antipapa (1410-1415). Elegido por el partido pisano al fin del Cisma de Occidente, admitió posteriormente haber incurrido en incesto, adulterio, fornicación y otros crímenes ("doscientas mujeres, matronas y viudas, incluyendo unas pocas monjas, cayeron víctimas de su brutal lujuria").
-Pío II (1458-1464) se le conoce al menos dos hijos ilegítimos.
-Inocencio VIII (1484-1492) tuvo varios hijos ilegítimos,
-Alejandro VI (1492-1503) de la familia de los Borgia. Contaré la vida de su hija Lucrecia Borgia.
-Julio II (1503-1513) tuvo tres hijas ilegitimas.
-Clemente VII (1523-1534) es el padre de Alessandro de Médici a quien nombró duque de Florencia.
-Pablo III (1534- 1549). Pospuso su ordenación como Papa para poder mantener su estilo de vida promiscuo. Tuvo cuatro hijos ilegítimos con su amante. Su apodo era "Cardenal Enaguas" ya que su hermana Giulia había sido la amante de Alejandro VI. Nombró a su hijo ilegítimo Pier Luís Farnesio como primer Duque de Parma
-Gregorio XIII (1572-1585) tuvo un hijo ilegitimo antes de ser ordenado Papa.
-Inocencio X (1644-1655) fue amante de Olimpia Maidalchini y su pontificado fue todo un escándalo.